Si tu me cantas

Feliz Navidad, Mamá

La situación

Todos los emparejados antes o después tienen una, es el momento en el que uno quisiera estar siempre en otra parte, con otra persona con la que poder hablar de la situación, aunque en oídos de otro no será la situación, solo cuando estáis los dos se transforma y se convierte en ella.

Cuando llega, ese día la ves entrar por la puerta y crees oírla diciendo: he vuelto.

La situación que desestabiliza y en la que nunca se llega a un acuerdo, pero al igual que el resto de cosas que compartes, pulula por aquí, da vueltas y se enreda con los años, se encaya o se disipa dependiendo del momento.

Si hay amor, se intenta en vano solventar ese tema que, desde que nos conocemos no entendemos, no compartimos y no respetamos, solo sobrevivimos a el, le apartamos y seguimos.

No perder lo que tengo al margen de la situación, no caer en ella, no dejarla entrar, ignorarla, si, durante un tiempo, pero siempre vuelve...

De como mi cuerpo se va transformando en el de la chifer

Cada día que pasa somos mas viejos, sí lo sé, he descubierto América, entre ésta razón y que me he ido a vivir a un pueblo donde huele a vaca aunque no veo ninguna, unido también al hecho de no tener coche, pues me he apuntado al gimnasio.


Voy todas las mañanas una hora, eso si antes de entrar me fumo un piti para abrir bien los pulmones, no vaya a quedarme sin toxinas mientras ejercito mi cuerpo.


Como ya he comentado en alguna otra entrada anterior, ya he estado frecuentando el gimnasio en otras etapas de mi vida, pero a las siete de la mañana es otra historia:


La primera impresión legañas pegadas comunitarias, esperando en la entrada a que la chica te abra la puerta y si se pega cinco minutos con estas temperaturas, la has cagao porque ni con la vallecana entras en calor.


Ya estas dentro, miras las caras de las otras personas legañosas, de manera furtiva y piensas:


¡Que panda de Insensatos!


¿pero que necesidad tienen, si les veo salir del garaje, no podrán venir a horas normales? bueno ya que estoy aquí, haremos algo.

Dentro, lo primero que uno pisa es el vestuario,un buenos días y hala cada uno a lo suyo, te cambias y vas como un zombie a la sala, donde están todas las maquinitas colocadas, por cierto, algunas porque tienen el dibujito explicativo si no de que ibas a saber que eso que estas viendo sirve para ejercitar el culo, ni de blas, nada mas verla sabes que cómoda no va ser.

Te plantas en la cinta y empiezas a darle al botoncito para darle velocidad al asunto, venga que hoy paso al nivel cuatro, con dos cojones y me pongo la inclinacion al dos, en este momento un consejo:

Ni se te ocurra mirar la cinta del que tienes corriendo como un loco al lado, porque te hunde en la miseria ¡ que esta en el nivel diecisiete y con una inclinación de un ocho!

En ese momento tus aspiraciones se quedan a la altura del betún, me pillo un mosqueo de narices y paro la cinta ( hay un botón de stop) ¡que! Tu vienes al gimnasio pa' joder no? ven corriendo desde tu casa que pa' el caso es lo mismo y te ahorras la pasta.

Me voy a la colchoneta y empiezo con mi tanda de sesenta abdominales, pero no, tiene que venir la chupi lerendi y ponerse a mi lado y mientras yo con mucho esfuerzo termino mis quince primeros, la loca está con la segunda ronda.

Me cago en la leche, es que se han puesto de acuerdo ¿o qué?

Termino mi tabla con orgullo y satisfaccion del trabajo hecho.
Un dia menos para ser alta, rubia y delgada...