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15 de noviembre de 2015

Otro Siglo


Un día es un día, desde que sale el sol hasta su puesta, ayer haciendo zapping en televisión daban el horror en las distintas cadenas.
El hijo de Antonio Molina decía que su padre murió de su profesión, debido a que un ácaro del polvo se le metió dentro y se le fue agarrando al pulmón, contrajo la enfermedad que finalmente lo mató.
La sociedad está aquejada de un ácaro que nos ha mordido en el pecho y el viernes directamente nos mató o remató.
Los gestos que se acumulan y desbordan hasta la saciedad en las televisiones, en ocasiones me resultan algo nauseabundos, todos somos Paris, Charlie Hebdo o Miguel Angel Blanco, pero hoy solo nos percatamos de la mitad del mundo, de ese medio limón tan amargo que nos toca chupar a nosotros.
No tengo la fórmula y sinceramente no creo que nadie la tenga, solo veo dos posturas, diálogo o guerra y no veo que ninguna sea eficaz.
La humanidad por naturaleza o mejor dicho en si misma es conflicto, es conflictiva. Como solucionar un problema que está dentro de nuestra composición humana, tal vez a través de la ciencia, con una modificación genética que convierta esa parte del ser en una mutación, en una anomalía real, tal y como erróneamente la creemos ahora.
Históricamente desconozco un siglo en paz o cincuenta años, veinticinco, cinco o un año en paz. Hoy el motivo es Siria, ayer fue Irak y anterior a esto las diferencias étnicas en los Balcanes, el comunismo, fascismo o las supremacías alemanas frente al resto, tanto en la primera como en la segunda guerra mundial, el colonialismo o las distintas guerras independentistas llegando a las cruzadas y guerras santas con su guerra oriente-occidente..
La humanidad no es capaz de desterrar de su ADN el gen que hace que seamos violentos, que quiera dominar sobre el otro ser. Ser mas, mejor y más fuerte, tener el poder, el poder sobre otro, el poder para ser ¿qué?

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