"Señorita, usted trabaja en éste edificio" me preguntó con una sonrisa en los labios, tendría unos sesenta y tantos llegando a los setenta supuse, vestía americana de cuadros pequeños de esas de paño como de pata de gallo pero sin serlo, con pelo cano al completo y gafas.
Me preguntó por una empresa y le contesté que no la conocía, él muy amablemente me dió las gracias y entró en el edificio, llevaba una carpeta bajo el brazo y saltó la pregunta ¿ A qué se dedicará?
Supuse que sería un comercial como yo, de esos que llevan muchos años en esto, pensé que tenía experiencia y que iría a ver a algún cliente a cerrar alguna operación ventajosa, llevaba puesto el traje del ánimo y de las cosas trabajadas y bien hechas.
Pensé que ya no quedan muchos como él, "vendedor con mas de 20 años de experiencia en el sector". No es habitual ver a una persona así por aquí, de esa edad... y volvió a mi cabeza una de mis grandes preocupaciones, dónde están los mayores ?
Hay ocupaciones y empresas donde no encuentras personas de esa edad, no sé donde los meten, parece ser que los escondemos debajo de una loseta y los sacamos para hablar de ellos y de lo mal que están las pensiones; su experiencia, sus años de esfuerzo y dedicación un día se esfuman, se pierden y no cuentan.
Me preocupa esta sociedad de la juventud donde mi madre es una señora entrada en años y no sabe nada, de la que nada podemos aprender, el espejo donde no nos queremos mirar, no vaya a ser que nos coja la edad y nos absorba por completo.
Me alegró verte activo en este lugar donde no es habitual verte, donde eres invisible, donde eres transparente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario